miércoles, 26 de septiembre de 2007

The Shamrock: collage de idiomas y parejas

Casi como si las estrellas cayeran al suelo por su propio peso en la madrugada del jueves. No hace frío ni calor. Parece que cielo quedara desnudo de tanto mirarlo. Dos hombres musculosos vestidos de negro custodian la distancia entre el pavimento y el líquido dorado espumante que predomina en The Shamrock, un irish pub en Recoleta.
“¡Seguridad! ¡Hagan salir al pibe ese de San Martín que me apuró en la barra!” balbucea un hombre de remera blanca manchada con sangre. No puede mantener el equilibrio, se tropieza con mi zapato de taco alto y se aleja de la entrada insultando a los gritos a gente al azar.
Entre la luz y la oscuridad del bar, el silencio compromete al diálogo. Conversaciones cruzadas, idiomas distintos, collage de razas. Hombres y mujeres buscan un denominador común para relacionarse: cerveza en mano.
Suena el tema What’s up del grupo británico 4 non blondes. Un grupo de tres chicas rubias, altas de ojos claros cantan el estribillo y dos hombres entonan “hey, hey hey, hey (...)”. Uno de ellos -vestido de traje sin corbata- dice a su compañero “es la única parte que sé del tema”. Me acerco y les pregunto por qué cantan. Ambos confiesan que es una estrategia para “romper el hielo” y hablar con las chicas. Pasan 10 minutos y los desconocidos comparten tragos alrededor de una mesa contra la ventana del bar.
Hay una escalera hacia abajo. Comienza mi descenso y a mitad de camino veo subir un hombre rubio que me grita “¡¿qué hora es?!” es en un intento de hablar castellano. Le pregunto de qué país viene y responde Gran Bretaña. Le digo que son las 3.30 en inglés. Se ve sorprendido por mi conocimiento del idioma y me acompaña a la pista de baile de música electrónica. El sonido es tan fuerte que me cuesta entender lo que él dice. Se llama Christopher y a los cinco minutos se va a charlar con una mujer de unos 40 años. La gente no baila, sólo se mueve robóticamente al compás del Dj. Más de 10 personas toman agua y están sobre excitadas: no se cansan de saltar.
En el baño de mujeres hay cuatro chicas haciendo cola. “¡El yanqui rubio está bárbaro pero no lo entiendo cuando habla!” dice una de ellas con un vaso de fernet en la mano. “No no, a mi me encantó el morocho grandote del equipo de rugby... ¡Es tan sexy cuando intenta charlar en castellano!” agrega otra. Al mismo tiempo otra de las mujeres se mira al espejo y saca un rimmel de la cartera. Mientras se maquilla dice “¡Apúrate guey que los chavos están esperando!”. Se abre la puerta del baño y sale su amiga.
El bar está cada vez más vacío... En la calle hay hombres y mujeres tomados de la mano. Idiomas mezclados, distintos colores de piel y pelo. Algunos iguales. Como si The Shamrock fuera un túnel al que se entra solo y se sale acompañado.

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